jueves, 17 de febrero de 2011

ADIÓS CON EL CORAZÓN

Doña Jimena: - Por favor te pido Cid, el de la barba larga aquí ahora contigo, conmigo y nuestras hijas pequeñas y jóvenes y las sirvientas. Ya veo que te vas y nos tendremos que separar. Da nos un consejo.
Narrador: - Alargó las dos manos el Cid y cogió a sus hijas con los brazos y con lágrimas en los ojos suspiró.
Cid: -¡Oh, Jimena, tan honrada y cumplida a ti te quise como al alma mía! No me gusta tener que separarnos. Quiera Dios y Santa María que no me pase nada y pueda ver casarse a nuestras hijas. Y tú, mi mujer honrada, estés conmigo toda la vida.

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